Evocación


Nacer, morir, todo es una evocación (el primer aliento y el último suspiro) Antes de existir fui escrita. Toda mi vida puede ser resumida con palabras, todo mi transitar tiene un espacio: el lienzo.

Ese es mi purgatorio, el terreno en el cual se redimen las ideas a través de la palabra que me esclaviza día con día, no la propia ni la ajena, de ella como tal, ese extraño ser que me seduce y me lleva a escribir lo que no entiendo, a confesar lo que no quiero, a pensar lo que no creo.

Solo tengo libertad donde el todo y la nada se confunden, cuando no hay que decir nada porque todo ya se ha dicho.
Escribir no es mi pasión, es mi expiación, el pago por la eternidad que me brinda cada letra, el precio a pagar por el poder creador, es mi destino; he de morir y renacer perpetuamente, deshojándome en palabras, y al final de los tiempos encontraré la totalidad con la cual he de fundirme: el silencio


V.B

1 comentarios:

Marcelo Valladares dijo...

La palabra escrita es un nutritivo suplemento alimenticio para el alma, cuando se presenta un cuadro de estreñimiento de la palabra hablada.

Felicitaciones por tu blog mi amiga...Te deseo otoños e inviernos muy efímeros, y así cuando te deshojes de palabras, en primavera seas de nuevo frondosa de ideas.